En mi trabajo actual dentro de educación superior, muchos están hablando sobre badging y micro-credenciales. Éstas todavía están en su infancia, especialmente cuando viene a su recepción y reconocimiento por las empresas y empleadores, pero eso está cambiando. Lo que ofrecen badges es flexibilidad en cómo uno aprende y qué. Estos ofrecen diferentes ‘caminos de aprendizaje’. ¿ Y eso no es exactamente el ‘aprendizaje personalizado’ que queremos dar a nuestros alumnos? ¿Cómo se puede implementar a cada nivel de educación?
En la educación superior, badges pueden formar parte de curso para crédito académico, que los alumnos completan fuera del aula, a su propio ritmo y en su tiempo disponible. Una vez que ganan o reciben estos badges, forman parte de un portafolio de aprendizaje que existe fuera de su expediente académico. Estos aprendizajes ahora se pueden compartir en las redes sociales o en portafolios en línea con sus empleadores potenciales.
En la educación K-12 (primaria y secundaria), badges también pueden formar parte del proceso de aprendizaje, o en el aula o desde la casa. Piensa en Khan Academy. Los alumnos se incentivan por un interfaz típico de un juego en que ganan puntos y ganan badges que verifican su aprendizaje y dominio de ciertos temas y destrezas. Los temas son variados sobre niveles y materias. Estos fácilmente pueden para complementar lo que estás haciendo en la clase. Si te animas a crear o desarrollar tus propios badges, te invita a ver este post de Alice Keeler que te explica cada paso del proceso.